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Valoración de la seguridad de los productos químicos como procedimiento operativo estándar

Febrero 2024

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Química más segura

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Proveedores y organizaciones sin ánimo de lucro

Nuestro papel

Implementar políticas progresistas para nuestra cadena de suministro e invertir en soluciones basadas en datos científicos

Imagen de productos químicos más seguros de Horia Varlan, con licencia CC BY 2.0

Por David Bourne, responsable de Estrategias de Sostenibilidad de Hardware de Consumo

Impulsar cambios para proteger la salud de los seres humanos, las plantas, los animales y los subsistemas de la Tierra requiere trabajar en múltiples áreas de sostenibilidad. Aunque el cambio climático es la más conocida, el marco de los límites planetarios muestra otras áreas que también son importantes. En este marco, las "entidades nuevas" consisten en sustancias químicas y materiales creados por el ser humano que no existían antes en la Tierra. El nivel crítico de este límite refleja el riesgo que presentan los cientos de miles de sustancias químicas sintéticas que se producen hoy en día sin que se conozcan del todo sus posibles efectos. Aunque este límite planetario no se ha cuantificado hasta hace poco, conseguir una química más segura ha sido desde hace muchos años uno de los objetivos del trabajo de sostenibilidad de Google en el entorno construido y los servicios alimentarios, así como en la electrónica. Su importancia es ahora más evidente que nunca.

El año pasado compartimos un nuevo enfoque en nuestro proceso interno de ingeniería de tintas y revestimientos que incorpora un análisis proactivo del peligro de los productos químicos que se utilizan en esas fórmulas. Este enfoque ha dado lugar a opciones más seguras que los ingenieros de Google han implementado para diseñar directamente piezas y procesos. Sin embargo, la mayoría de los productos contienen materiales seleccionados por otras empresas en distintos niveles de la cadena de suministro que también diseñan y fabrican piezas y subcomponentes. Los productos electrónicos requieren algunas de las cadenas de suministro más complejas del planeta, por lo que es fundamental impulsar la adopción de este enfoque proactivo en las cadenas de suministro para lograr un cambio sistémico que permita a muchas empresas de productos tener acceso a materiales más seguros.

Nuestra Especificación de Sustancias Restringidas (RSS, por sus siglas en inglés) es un documento de políticas clave que informa a los proveedores de nuestros requisitos en cuanto a las sustancias químicas y materiales que se utilizan en nuestros productos, así como los que se emplean durante los procesos de fabricación de los mismos. Esta especificación, más estricta de lo que exigen los marcos legislativos, ha seguido un modelo común compartido por muchas empresas y contiene listas de elementos químicos o compuestos químicos con restricciones y límites prescritos. Sin embargo, hemos notado que, a menudo, las sustancias químicas solo se añaden a las listas de elementos restringidos después de muchos años de uso en la fabricación y, normalmente, cuando los efectos perjudiciales son evidentes para las partes interesadas y los organismos supervisores del medio ambiente. Este enfoque es lento a la hora de abordar las sustancias químicas recientes o aquellas cuyo uso ha aumentado de forma significativa con el paso del tiempo.

El pasado mes de noviembre, decidimos aplicar una estrategia más proactiva en nuestra Especificación de Sustancias Restringidas: revisión E. Nuestra normativa actualizada todavía contiene muchas restricciones tradicionales incluidas en las listas, pero también presenta por primera vez nuevos requisitos en función de la peligrosidad.

Clasificaciones de peligrosidad obligatorias

El primero de ellos exige que cualquier disolvente, retardante de llama o sustancia perfluoroalquilada o polifluoroalquilada (PFAS) que se utilice en nuestros productos con niveles de concentración iguales o superiores a los especificados esté clasificado según su peligrosidad, independientemente de si la sustancia química está regulada o no. Estas tres categorías engloban miles de elementos químicos que podrían utilizarse en la fabricación. Esto implica que los proveedores de Google tendrán que obtener una evaluación del riesgo químico si el producto químico en cuestión no cuenta ya con una clasificación de peligrosidad. Google ha hecho grandes inversiones para poner en marcha este proceso al haber solicitado más de 110 evaluaciones del riesgo químico en la plataforma sin ánimo de lucro ChemFORWARD desde el 2020, incluidos muchos disolventes y retardantes de llama de uso común. Los proveedores tienen varias opciones para solicitar una evaluación del riesgo químico, pero quienes utilicen ChemFORWARD se beneficiarán de las evaluaciones que Google y todos los demás suscriptores de la plataforma ya han encargado con anterioridad. Los proveedores pueden consultar las clasificaciones de peligrosidad existentes con respecto a su inventario de productos químicos y solicitar nuevas evaluaciones de peligrosidad según sea necesario. Google también patrocinará el acceso a la plataforma de ChemFORWARD a proveedores seleccionados durante el año natural del 2024 para ayudarles en su transición a este enfoque de evaluación proactiva.

Restricción de los productos de mayor riesgo

El segundo requisito restringe el uso de cualquier disolvente o retardante de llama que obtenga una clasificación "F" según la escala de riesgo de ChemFORWARD (o una clasificación equivalente de otros marcos de evaluación de riesgos), así como cualquier sustancia química PFAS sin la autorización previa explícita de Google. Los proveedores que requieran una autorización previa para una sustancia química específica tendrán que presentar una justificación técnica, así como un plan de acción y un cronograma para implantar una alternativa probada más segura. Este enfoque incentiva a nuestros proveedores a investigar e incorporar alternativas más seguras a sus operaciones y a evitar esta restricción. También ofrece a Google la oportunidad de ayudar a los proveedores que presenten solicitudes de autorización previa, compartiendo con ellos opciones alternativas de materiales o soluciones de diseño que puedan evitar el uso de sustancias químicas de alta peligrosidad. En algunos casos, puede que aún no existan soluciones alternativas, pero este enfoque sigue siendo fundamental para crear transparencia sobre los usos que hace falta investigar más y que requieren innovar para llevar al mercado opciones válidas más seguras.

Nuestros nuevos requisitos basados en el riesgo representan un avance estratégico en nuestra labor de conseguir procesos químicos más seguros. Nuestro sector y muchos otros se enfrentan a los mismos retos. Sin embargo, nuestro objetivo es facilitar la transformación del sector y fomentar las inversiones necesarias para impulsar un cambio sistémico. Por este motivo, hemos decidido convertirnos en socio fundador del Safer Chemistry Impact Fund. Este fondo es un proyecto de Windward Fund, que tiene como objetivo trabajar en todos los sectores de la industria para desarrollar soluciones basadas en datos científicos que permitan eliminar sistemáticamente las sustancias químicas peligrosas y sustituirlas por alternativas probadas más seguras. Gracias a la inversión de capital de gran impacto, el fondo busca alterar de forma positiva los sistemas arraigados de uso de sustancias químicas peligrosas.

El fondo se creó con la colaboración de líderes de Google, Apple y Nike para movilizar la inversión mundial de entidades empresariales y filantrópicas comprometidas. La colaboración tiene como objetivo identificar, financiar, ampliar y medir soluciones de impacto verificadas para implantar productos químicos más seguros en las cadenas de suministro y fijarlos como procedimiento operativo estándar en el comercio.

Nos alegra haber dado estos pasos, pero sabemos que hace falta mucho más para acelerar el progreso. Las marcas y los proveedores necesitan herramientas para evaluar los riesgos químicos frente a las características funcionales que permiten el rendimiento del producto. Es necesario aumentar el ritmo de evaluación del riesgo químico y la adopción de políticas relacionadas. Confiamos en que todos estos cambios sean posibles y nos encanta la idea de colaborar con otros para lograr un cambio transformador.

Imagen: Tubos de ensayo de vidrio rellenos de sustancias por Horia Varlan con licencia CC BY 2.0.