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Los paisajes ecológicos están cobrando vida en los campus de Google

Septiembre de 2018

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En colaboración con varios socios internos y externos, el programa de ecología de Google trabaja para expandir el hábitat de la fauna silvestre, crear paisajes diversos que puedan soportar el estrés del cambio climático y restaurar muchas de las funciones ecológicas que se perdieron con la construcción de complejos de oficinas en el valle

Un paisaje verde junto a una acera de concreto.

Con la llegada de la primavera de 2018, Kate Malmgren se descubrió a sí misma admirando un mar de flores silvestres en la cuenca de retención Charleston, junto al campus de Google en Mountain View. Con la colaboración de varios socios internos y externos, el programa ecológico de Google había participado hacía dos años en un proyecto para ampliar la cuenca, con la esperanza de mejorar el hábitat de la fauna silvestre, además de la experiencia y la conexión con la naturaleza de los visitantes.

"Las flores eran asombrosas", dice Malmgren, quien ha sido fundamental para el desarrollo del programa desde 2015. "El año pasado, plantamos semillas a mano, pero se hundieron en el lodo a causa del invierno húmedo. Este año, aparecieron los brotes, y las flores tuvieron un perfume maravilloso. Todo se veía con mucha vida".

Sin embargo, las flores silvestres y otras plantas nativas no solo se eligieron por su aspecto. Cada una, además, cumplía una función ecológica: las flores silvestres servían para atraer insectos beneficiosos y polinizadores que facilitan la dispersión del polen y el crecimiento de nuevas plantas. Los amplios bosquecillos de sauces, conocidos como sauzales, tienen como fin proporcionar un frondoso nuevo hábitat para los pájaros, que no podían resistirse a alimentarse de los insectos. Los robles del corredor de ochocientos metros que se encuentra en las cercanías se plantaron a distancias reducidas para que pudieran polinizarse fácilmente y sirvieran de descanso para los pájaros que vuelan de un hábitat a otro.

En resumen, elegimos cada flor, árbol, arbusto y estructura de la cuenca por el valor que agregan a los ecosistemas locales, como parte de nuestras iniciativas para incorporar datos científicos sobre la resiliencia a los espacios exteriores de Google. Este año, nuestros espacios comenzaron a entrecruzarse vívidamente.

"Nos estuvimos preparando para el momento en que nuestro collage de diferentes proyectos conectados y nuestra historia con la ecología se unieran completamente", dice Malmgren quien traspasó el liderazgo del programa a Kate Randolph en junio de 2018. "Nuestro programa maduró hasta ese punto este año. Con cada proyecto que aparece en línea, ayudamos a crear un paisaje resiliente más grande en Silicon Valley".

"Para que sea resiliente, es necesario que todo el sistema esté interconectado", comenta Robin Grossinger, consultora científica de nuestros proyectos desde su rol de codirectora del programa de paisajes resilientes del San Francisco Estuary Institute (SFEI). "En años anteriores, hemos visto el éxito de algunos proyectos individuales, pero ahora estamos viendo los beneficios ecológicos de varios proyectos diseñados en conjunto".

Una mariposa sobre una planta en un paisaje exterior en el proyecto de ecología de Google
Cada proyecto de ecología de Google contiene especies de plantas nativas cultivadas para atraer insectos y pájaros que resulten beneficiosos.

Diseño para la resiliencia del paisaje

Cuando lanzamos el programa de ecología de Google en 2014, el objetivo era la resiliencia ecológica. Incorporamos datos y ciencia de vanguardia desde el principio y financiamos al SFEI para crear el marco de resiliencia del paisaje para la planificación ecológica de la región. Además, trabajamos junto con ecólogos externos, arquitectos paisajistas, planificadores y organizaciones no gubernamentales locales para garantizar que nuestras soluciones mejoraran la ecología existente de la región con el tiempo.

Juntos, nos concentramos en los siguientes objetivos: expandir el hábitat de la fauna silvestre, crear paisajes diversos que puedan soportar el estrés del cambio climático y restaurar muchas de las funciones ecológicas que se perdieron con el desarrollo de complejos de oficinas en el valle.

Estos objetivos están alineados con una estrategia más amplia de Google de enfatizar la resiliencia ante el cambio climático en toda la empresa. Para nosotros, la resiliencia ante el cambio climático es nuestra capacidad como empresa y comunidad de prosperar a pesar de los efectos del cambio climático. En 2017, lanzamos los principios de resiliencia ante el cambio climático de Google (informados e inspirados por el marco de resiliencia del paisaje), un marco que guía nuestras decisiones empresariales a medida que Google y el mundo se adaptan a los costos y los riesgos relacionados con el clima. Diseñar ecosistemas saludables y biodiversos que puedan perdurar y evolucionar con el cambio climático es un punto fundamental de nuestra estrategia. En el nivel del proyecto, diseñar para la resiliencia ante el cambio climático comienza con una visión global: la visión de Google Earth, en cierto sentido. Comenzamos todos los proyectos pensando a escala regional. ¿Qué hábitats importantes perdió la región históricamente? ¿Qué hábitats tienen sentido en la actualidad y lo tendrán en el futuro con el cambio climático? ¿Cómo podemos establecer procesos naturales para contribuir a la resiliencia del vecindario y la región?

Luego, analizamos el contexto del proyecto dentro del ecosistema. ¿Qué plantas o especies son más importantes para un ecosistema como este? ¿Cómo se incluirían en los pantanos, arroyos y otros accidentes geográficos existentes?

A continuación, nos ocupamos del sitio. ¿Qué se requiere para mejorarlo físicamente? ¿Se necesita excavación? ¿Se necesita reemplazo o reparación del suelo? Por último, nos concentramos en el paisaje, lo que incluye las plantas nativas que ofrecen el mayor valor ecológico y para el hábitat.

Una vez creados los proyectos, analizamos qué funciona, lo repetimos y aplicamos lo aprendido a proyectos futuros.

Una persona y un perro observan el paisaje en la cuenca de retención Charleston.
El diseño de la cuenca de retención Charleston permite a los visitantes experimentar, conocer y disfrutar el amplio hábitat ribereño.

La resiliencia en acción

Aquí se puede ver cómo se integran nuestros principios de resiliencia del paisaje en dos proyectos que se completaron recientemente y en otro que está actualmente en desarrollo.

Green Loop

Green Loop fue nuestro primer gran proyecto de ecología urbana y sirvió de inspiración para el desarrollo de los lineamientos del diseño de hábitats de Google para facilitar la aplicación de los principios ecológicos urbanos en todos los proyectos de Google. "Básicamente, Google reunió a su equipo interno de diseño y a ecólogos externos en una habitación y les dijo: 'Queremos que trabajen a la par en cada paso que den'", cuenta Dan Stephens, vicepresidente de H.T. Harvey & Associates y consultor principal de proyectos de ecología urbana de Google. "Buscamos entre cientos y cientos de especies de plantas nativas para identificar las que tuvieran un follaje interesante, una estructura de crecimiento atractiva y cualidades que admitieran insectos beneficiosos y pájaros".

Muchas de nuestras soluciones se centraron en crear hábitats. En total, plantamos media hectárea de vegetación nativa (entre las que se incluyen la amapola de California, la manzanita y la milenrama) que atrae a pájaros y otros animales silvestres.

Los árboles nativos del sitio incluyen una variedad de robles, que conectan el proyecto Green Loop con otros de ecología urbana, como la cuenca de retención Charleston y Charleston East. Los robles alguna vez dominaron el paisaje de Silicon Valley. Su reintroducción agrega un gran beneficio ecológico, ya que toleran sequías, almacenan grandes cantidades de carbono y alimentan a varios animales, sin ocupar demasiado espacio. El SFEI analizó los beneficios que aportaban los robles a la biodiversidad y la fauna nativa local en su informe sobre la reintroducción de los robles en Silicon Valley, financiado por Google.

Cuenca de retención Charleston

Con la cuenca de retención Charleston, ampliamos nuestro pensamiento más allá de nuestro campus, hacia el ecosistema que nos rodea. La bahía South Bay fue alguna vez hogar de amplios sauzales y grupos de otras especies ribereñas, pero, con el avance del desarrollo urbano en la zona, esos valiosos hábitats se redujeron. Nos asociamos con la ciudad de Mountain View, HCP Life Science y LinkedIn para ampliar la cuenca mediante la eliminación de 134 espacios de estacionamiento para ayudar a crear un pantano más grande y una llanura pluvial de sauces. "Cuanto más grandes sean estos hábitats, mayor sinergia se creará, porque los pájaros que hacen nidos en el interior están mejor protegidos del bullicio", dice Stephens.

La cuenca incluye grandes bosques de sauces, donde se desarrollan los hábitats del pantano que albergan a los pájaros incluso durante los calurosos veranos, además de flores silvestres, álamos americanos y más robles. La primera etapa del desarrollo de la cuenca de retención Charleston se completó en 2017 y agregó aproximadamente 2.4 hectáreas de hábitat ribereño y 1,800 árboles nativos.

Bay View

Bay View es uno de nuestros proyectos más recientes. Aún en construcción, se ubica en los márgenes de la bahía cercana a Mountain View y no está rodeado por zonas con desarrollo urbano, como nuestros otros edificios. Está pensado para funcionar como límite de la bahía, con grandes prados, pantanos emergentes y de agua dulce, y uno de los sauzales más grandes que se hayan plantado en la región.

"La historia del agua y la tierra se expresa de manera bastante clara en Bay View", afirma Stephens. "Hace cien años, el paisaje tenía prados húmedos que se anegaban estacionalmente con agua dulce proveniente de las vertientes que desembocaban en pantanos salobres y salados. Era un ecosistema increíblemente diverso. Estamos restaurando muchos hábitats que habían desaparecido por completo del sitio".

Foto general del hábitat ribereño
Agregamos aproximadamente 2.4 hectáreas de hábitat ribereño y 1,800 árboles nativos a la cuenca de retención Charleston (en primer plano).

Un sistema conectado

Se espera que, cuando Bay View se inaugure a fines de 2020, agregue valor ecológico que se superponga con el collage de proyectos de nuestro campus de Mountain View.

"En términos de resiliencia, existe una enorme brecha ecológica en cuanto al funcionamiento tradicional de las ciudades", dice Grossinger. "Con estos proyectos, tenemos la oportunidad de hacer avanzar estudios científicos sobre la resiliencia en distintas direcciones, según el paisaje. Hay un gran avance en la manera en que aplicamos estos conceptos".

Malmgren afirma que la planificación de la resiliencia es parte de la evolución de Google.

"Existen líneas de conexión claras entre nuestros proyectos de este año, lo que nos permite concentrarnos en el diseño de una manera más integral mediante iniciativas de planificación maestra más importantes. Históricamente, en Google hemos adaptado los espacios existentes a nuestros estándares de salud y sustentabilidad. Ahora contamos con varios proyectos de desarrollo propios y estamos tomando decisiones conscientes para aportar a la región elementos que sean ecológicamente importantes. Es increíble ver cómo va tomando forma".